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Fecha: 22.10.2004

Subvenciones de fabricantes distorsionan la competencia

Las financiaciones “creativas” generan exceso de capacidades y aceleran la caída de precios en la industria gráfica. El daño lo sufren las empresas bien gestionadas.

Los bancos mantienen serias reservas en la concesión de financiación al sector de la industria gráfica y de medios, a la vez que las quiebras de empresas aumentan. La recuperación del mercado, que parecía anunciarse con la drupa 2004, es aún muy débil y llegará demasiado tarde como para ayudar a las empresas a solucionar sus problemas. Muchas compañías exigen ayudas a los fabricantes y financiaciones “creativas”. Muchos fabricantes han aceptado estas exigencias y las utilizan demasiado a menudo y de forma poco selectiva, ”financiaciones creativas” para fomentar sus ventas. ¿Son estas subvenciones realmente beneficiosas para el cliente y el sector?

Las subvenciones perjudican a las empresas de alto rendimiento

En realidad los fabricantes se enfrentan a una pregunta muy difícil: En vista de la fuerte competencia que predomina ahora, ¿pueden y deben intervenir en beneficio de algunos clientes y subvencionar la financiación de las máquinas? y, ¿cuáles son las repercusiones de estas intervenciones en el mercado para las imprentas que se financian por su propio esfuerzo en el mercado de capitales y que también son clientes? En este conflicto, maroland ha decidido permanecer estrictamente neutral. Respetamos la competencia de nuestros clientes y no cerraremos los ojos ante la realidad. El proceso de ajuste y selección en el mercado aún no ha terminado. La intromisión de un fabricante perjudica en el mercado a las empresas de alto rendimiento. Un competidor subvencionado – sea cual sea la naturaleza de esta subvención – está en condiciones, a corto plazo, de hacerse con cuotas de mercado mediante precios subvencionados. Las empresas pertenecientes a este mercado que calculan sus precios de forma seria, probablemente no podrán competir.Ahora se quiere optimizar esta atención: ”Queremos trabajar con el cliente de una forma aún más estrecha para poder fortalecer todavía más la marca maroland”, dice Dirk Schmidtbleicher.

Algunas empresas no se han preparado a tiempo para las duras condiciones de competencia. No han aprovechado los años buenos para optimizar la oferta, las instalaciones y la rentabilidad. Han mantenido capacidades no productivas y poco rentables durante los años prósperos y, naturalmente, también han adquirido instalaciones muy modernas y eficientes. Demasiada capacidad para la demanda decreciente de los últimos años. Estos excesos de capacidad también son una carga en caso de una recuperación que se está produciendo ahora. Las capacidades no productivas están compitiendo con oferentes muy eficientes y bien gestionados. Unos precios muy agresivos merman los márgenes y beneficios, en contradicción con lo que sería lógico en términos económicos. Esta política perjudica tanto a las imprentas necesitadas como a las empresas de alto rendimiento.

El modelo de negocio de la impresión tendrá que demostrar su eficacia

La lucha y la caída de precios afecta a todo el sector. El modelo de negocio de la impresión y la oferta de prestaciones y productos están en entredicho. La industria gráfica está perdiendo su crédito en el más amplio sentido de la palabra. No sorprende que el mercado de capitales tenga tan poca confianza en nuestro sector y que las financiaciones cada vez sean más difíciles de obtener.

Norbert Baur, Director del TeleSupportCenter de maroland, resume las ventajas: ”TelePresence aumenta la disponibilidad de la máquina, acelera la solución de problemas, proporciona una mejor planificación y reduce las pérdidas de producción.”

Los bancos clasifican a las imprentas de manera muy crítica en cuanto a su solvencia. Una dotación escasa de capital propio y, al mismo tiempo, una elevada demanda de fondos es una de las razones que justifican la precaución de los bancos. Otra razón son las perspectivas de negocio del sector, que siguen siendo pesimistas.

El aumento vertiginoso e ininterrumpido de las insolvencias en 2002 y 2003 confirma este pronóstico de solvencia negativo.

Para muchos, la recuperación llega demasiado tarde. Algunas empresas no sobrevivirán a la recuperación, ya que también este crecimiento tendrá que financiarse dentro de nuestro propio negocio. Bien sea Europa o los Estados Unidos, cada vez hay más quiebras. Los pronósticos en cuanto a la tasa de inactividad son de dos cifras – hasta finales del año 2005 habrán abandonado hasta el 30 % de las empresas del mercado, en comparación con el año 2000.

Algunas razones adicionales para la actitud reservada de los bancos sólo se mencionan en los pasillos: a los bancos ya no les parecen adecuados los modelos de negocio de muchas empresas como para invertir en ellas, el tamaño de las empresas es demasiado pequeño, las estrategias no tienen perspectivas de éxito, la cualificación de los empresarios o directivos es insuficiente. Por estas razones, las financiaciones otorgadas a la industria gráfica continuarán teniendo carácter restrictivo.

En vista de una evaluación tan generalizada y tan negativa, uno quisiera protestar. Sin embargo y a pesar de toda la simpatía por nuestro sector y todo el conocimiento de los grandes potenciales de futuro de nuestra industria, no podemos ignorar los reparos de los profesionales financieros. Todos los fabricantes tienen que hacerse la pregunta autocrítica de si quieren y pueden asumir el papel de los bancos.

Los fabricantes deben posicionarse a favor de las empresas de alto rendimiento

Entre los fabricantes y la industria gráfica existen dos posiciones:

  • Los ”intervencionistas” intentan compensar la actitud reservada de los bancos con ofertas de financiación creativas. A los clientes necesitados que adquieren una máquina nueva, muchas veces les ofrecen períodos libres de amortización o con una amortización reducida. En algunos casos se acuerdan incluso formas de pago que dependen de la ocupación de la máquina (“click charge”). En este caso el fabricante asume el riesgo total de la operación.
  • Los “neutrales“ consideran estas ofertas de financiación un favoritismo ilícito de algunos clientes y subrayan el peligro de este procedimiento para el sector.

Las subvenciones de los fabricantes conducen a distorsiones de la competencia y al debilitamiento de las imprentas de alto rendimiento.

maroland se ha pronunciado a favor de una estricta neutralidad de los fabricantes en esta dura competencia. En este sentido también hemos aprendido de las experiencias y los propios errores del pasado.

No hacemos la selección del mercado.

La evaluación de la solvencia y la correspondiente clasificación de los clientes siempre estarán orientadas a las exigencias del mercado de capitales. Nosotros apoyamos y asesoramos a nuestros clientes en su decisión de inversión mediante análisis económicos y les ayudamos a prepararse para los exámenes de solvencia. También les ayudamos a elegir y dirigirse a la entidad financiera. La decisión sobre una financiación la toman el propio cliente y la entidad financiera. Nosotros nos movemos conscientemente dentro del núcleo de nuestras competencias. En este espacio definido también estamos dispuestos a asumir riesgos propios que, no obstante, sólo pueden referirse a la evaluación y la comercialización de máquinas.

No asumimos el riesgo empresarial del cliente.

Si lo hiciésemos, nos convertiríamos en el competidor de nuestros clientes. También los modelos de financiación que dependen de la ocupación de la máquina (“click charge“) y que liberan a la imprenta del riesgo de inversión y ocupación, son modelos ocultos de explotación de los fabricantes y, finalmente, un peligro para la industria gráfica. Si bien los fabricantes fueran los mejores impresores, ¿qué justificación tendría entonces la existencia de tantos oferentes independientes?

No podemos compensar las debilidades del cliente y del mercado de capitales

Un examen de solvencia por parte de un fabricante no puede llegar a un resultado distinto al de un banco. En caso de duda, tenemos que rechazar a clientes con una solvencia débil. Si no lo hacemos, no movemos fuera de la evaluación de riesgos conforme al mercado. Nos convertiríamos en el capitalista de nuestros clientes. ¿Qué relación de dependencia tendrían que aceptar nuestros clientes para obtener esta financiación? ¿Y qué riesgos acumularíamos nosotros como fabricante, en competencia con el resto de nuestros clientes?

No debemos aumentar los riesgos económicos de nuestros clientes

Las financiaciones creativas subvencionadas por los fabricantes pueden provocar más distorsiones negativas en la situación de riesgo de nuestros clientes. Cada inversión sufre una pérdida de valor equivalente al importe de la amortización anual; es decir, que después de un año, el valor de la máquina equivale al precio de adquisición menos un 25 %. No obstante, si durante este año no se han pagado tasas de amortización, el estado de la deuda seguirá siendo el 100 %. Si en los años siguientes de ocupación de la máquina las tasas de amortización nuevamente se encuentran por debajo de la depreciación, al final del período de utilización económica habrá una laguna enorme. Ahora el cliente tiene que tomar una vez más la decisión de adquirir una máquina nueva. Un momento sumamente inoportuno, ya que ahora hay que amortizar la máquina antigua y hay que obtener la financiación para la nueva. ¿le van a tratar ahora los bancos con más confianza – o tendrá que recurrir una vez más a una financiación creativa del fabricante (o de uno de sus competidores)? Porque ahora se ve lo evidente: las tasas de amortización “ahorradas“ se han utilizado para cubrir faltas de liquidez o de beneficios.

“Balloon payments“ y otras curiosidades

Sobre todo en los Estados Unidos estas “financiaciones globo“, que primero no prevén ninguna o sólo una escasa amortización, pero después tienen unas tasas crecientes y al final muy altas, les han causado muchas dificultades a algunas imprentas y también a los fabricantes que tuvieron que responder de sus clientes. Especialmente en tiempos difíciles, el negocio no produce suficientes beneficios para efectuar los altos “pagos globo“. Entonces, resulta que el fabricante tiene que aceptar la devolución de la máquina que, por su utilización, está desvalorizada. Los problemas ya existentes del cliente ahora son todavía más grandes. Así se ven perjudicados el cliente, el fabricante y la competencia que ha tenido que sufrir los bajos precios de la imprenta subvencionada.

Actualmente, lo grotesco parece no tener límites, como demuestra el siguiente ejemplo: Uno de nuestros clientes estadounidenses tuvo que declararse en quiebra. Ya no pagaba los plazos acordados contractualmente, por lo que aceptamos la devolución de la máquina. A pesar de su insolvencia, uno de nuestros competidores le vendió una máquina nueva. Después de algún tiempo también este fabricante tuvo que aceptar la devolución de la máquina, ya que el cliente tampoco pudo atender su financiación. A continuación hubo otro fabricante que estaba dispuesto a vender una máquina – bajo condiciones obviamente insensatas desde el punto de vista económico. Aquí no solamente se les perjudicó a los fabricantes, que no recibieron su dinero. Se perjudicó a todas las imprentas en el entorno de esta empresa, que financian sus inversiones en maquinaria de una forma limpia, las pagan y las tienen que incluir en los precios de sus productos de impresión.

Ayudas legítimas del fabricante

Todos estos modelos no son compatibles con nuestro modo de vernos como fabricante y socio de nuestros clientes. Debemos rehusar una extensión excesiva de nuestras competencias y la transferencia inherente de riesgos. Y debemos renunciar a la subvención a empresas del mercado que no son competitivas, para evitar distorsiones. Otro comportamiento sería irresponsable e hipotecaría nuevamente nuestro sector. Los fabricantes que persiguen otra estrategia deben ser conscientes de las consecuencias de sus actos. Las causas estructurales de la crisis en nuestro sector se consolidan aún más con las subvenciones de fabricantes.

Como fabricante queremos mantener una neutralidad estricta. La elección del modelo de negocio y la estrategia empresarial de nuestros clientes pertenecen exclusivamente a su competencia de decisión. Esto no significa que cerramos los ojos ante los problemas del mercado y de nuestros clientes. Apostamos por un apoyo como socios de nuestros clientes. Para ello hemos creado una amplia oferta que comprende el asesoramiento técnico y económico así como productos rentables y ofertas de sistemas. En cuanto a la financiación, queremos apoyar con nuestros consejos y facilitarle al cliente el camino hacia el mercado de capitales. Progresivamente, podemos recomendar a nuestros clientes entidades financieras en todo el mundo con las que hemos llegado a acuerdos básicos. Como estas entidades ya están especializadas en el sector de la impresión, son unos excelentes contactos, o cada vez lo son más.

Así apoyamos la responsabilidad propia y el control total de los riesgos de las empresas de alto rendimiento en la industria gráfica.

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